Genesis 2:7-9, 3:1-7; Psalm 51; Romans 5:12-19; Matthew 4:1-11
Today’s Gospel reminds us that in our quest to become faithful disciples of Christ, we’re going to face temptations. What is temptation? It’s the desire to do something, especially something wrong or unwise. The Gospel today shows us Jesus being tempted by Satan in the desert. We too have been tempted and are continually being tempted by Satan.
What is tempting you from fully living out your baptismal call? Is it money? Power and fame? Is it your sexual appetite?
But temptations aren’t only and always external. They’re just as likely to be inside us as outside. Isn’t there a temptation to go through the motions and not pause to examine our lives?
And just as the angels ministered to Jesus, angels minister to us. One such angel is the voice we hear reminding us of the values that were passed on to us from our families, teachers, and friends.
Another is the people God sends to us when we’re down and out and cannot seem to get through life. And there is the Holy Spirit, who guides us to make the right decisions—the Spirit who is there when we pray to our Father to lead us not into temptation but deliver us from evil.
As we continue these days of Lent, may we pray for the graces always to resist the temptations that keep us from faithfully following Jesus.
Father Peter Hill, C.Ss.R.
San Antonio
Génesis 2:7-9, 3:1-7; Salmo 51; Romanos 5:12-19; Mateo 4:1-11
El Evangelio de hoy nos recuerda que, en nuestra búsqueda de convertirnos en fieles discípulos de Cristo, vamos a tener que hacer frente a las tentaciones. ¿Qué es una tentación? Es el deseo de hacer algo, especialmente algo malo o insensato. El Evangelio de hoy nos muestra a Jesús siendo tentado por Satán en el desierto. Nosotros también hemos sido tentados y somos continuamente tentados por Satán.
¿Qué te tienta para no vivir plenamente tu llamada bautismal? ¿Es el dinero? ¿Son la fama y el poder tus tentaciones? ¿Es tu apetito sexual?
Las tentaciones no son siempre externas. También están en nuestro interior. ¿A caso no existe la tentación de seguir simplemente adelante y no pararnos a reflexionar sobre nuestras vidas?
Al igual que los ángeles sirvieron a Jesús, los ángeles nos sirven a nosotros. Uno de estos ángeles es la voz que oímos y que nos recuerda los valores que nos transmitieron nuestros familiares, nuestros maestros y nuestros amigos.
Otro es la gente que Dios nos envía cuando estamos abatidos y parece que no podemos salir adelante. Y luego está el Espíritu Santo, que nos guía para que tomemos las decisiones acertadas—el Espíritu que está ahí cuando rezamos a nuestro Padre para que no nos deje caer en la tentación y nos libre del mal.
En estos días de Cuaresma, oremos por las gracias divinas para resistir siempre las tentaciones que nos impiden seguir fielmente a Jesús.
Padre Peter Hill, C.Ss.R.
San Antonio