Isaiah 55:10-11; Psalm 34; Matthew 6:7-15
The major theme in today’s Mass is found, as usual, in the responsorial psalm: “From all their distress, God rescues the just” (34:18). The psalmist invites us to join him in glorifying God as he recalls the many ways God has saved and delivered him from the upsets in life. Without hesitation, he assures us that when we cry out to God, he hears and rescues us.
Today’s readings offer two avenues of rescue available to God’s people: Scripture and prayer. In Isaiah, God assures us that the effectiveness of his word—the Scriptures—may be likened to the effectiveness of the rain and snow he sends to the earth to restore and nourish it.
Jesus tells us deliverance lies in prayer and teaches us the attitudes we should bring to prayer. As Father, God will give us the bread that strengthens and “saves those crushed in spirit” (Psalm 34:19).
Father Patrick McGarrity, C.Ss.R.
Ephrata, Pa.
Isaías 55:10-11; Salmo 34; Mateo 6:7-15
¿Quién es Dios para ti? Es una pregunta que podemos hacernos, no sólo una vez en la vida, sino cada tanto. Nuestra experiencia de Dios hoy es diferente que nuestra experiencia de hace cinco años o diez o veinte. Somos diferentes; las circunstancias de nuestra vida son diferentes.
La Palabra de Dios hoy nos invita a una nueva experiencia de Dios. Jesús nos enseña el Padre Nuestro. Es más: nos pone en relación con su Padre, que está igualmente atento a nosotros, los hermanos y hermanas de Jesús, su Hijo, como a él.
Ciertamente queremos agradecerle el pan de cada día; ciertamente queremos santificar su nombre por nuestro modo de ser cada día; ciertamente queremos tener los mismos sentimientos de amor, de reconciliación, de paz y justicia hacia los demás que tiene Jesús. Si esto no es tan cierto, pidamos al Padre que sus deseos penetren nuestro corazón, para que podamos desear todo lo que él desea, tanto para nosotros como para los demás.
Padre James Gilmour, C.Ss.R.
Brooklyn, N.Y.